viernes, 7 de noviembre de 2008

25 y 26 Octubre 2008 - Las Confirmaciones

Ressano Garcia, sábado 25 de Outubro de 2008
Recordaba perfectamente todos los detalles. Nunca podría olvidar el encuentro con el Sr. José en su casa, tumbado casi desnudo y atendido por su nieta, ya que su mujer estaba en la "machamba". De este acontecimiento hace ya un año.
Hoy tuve la posibilidad de encontrarme nuevamente con él y disfrutar de su alegría y su eterna sonrisa. Continúa en cama, aunque puede estar sentado mucho tiempo. Se acordaba de mi nombre. Mañana será confirmado y Pepe Casas me llevó a su casa para que se confesase conmigo. Fue un tiempo de gracia.
Su sonrisa Señor es Tu sonrisa. Su alegría es Tu alegría. Gracias por él, por su mujer, por su familia, por su vida, por su humildad y su gran corazón de amigo que nunca olvida. Aquí estoy para ser amigo de todos, para ser amigo de José, para ser tu amigo.


Ressano Garcia, domingo 26 de Outubro de 2008
Es muy emocionante participar de una celebración eucarística, pero más aún si ese día se bendice un templo, y si un grupo de jóvenes y adultos reciben el sacramento de la confirmación. Pero todo se sobredimensiona emocionalmente si entre ellos están dos amigos: José y Francisco. José es mi amigo, es ese hombre feliz en medio de su enfermedad; y Francisco es otro amigo al cual bauticé y casé hace un año con Ivete.
Ellos estaban radiantes de alegría, eufóricos por vivir este día tan especial con más de 60 años de sufrimientos a sus espaldas. El sr. Arzobispo Francisco Chimoio presidía la celebración que además era el culmen de su visita pastoral a Ressano. También estábamos el pe. Belo (salesiano), Vicente, Pepe y yo. La comunidad estaba muy feliz por la presencia de su obispo y por esta gran celebración tan bien preparada por todos.
Después de salir de Munhava, tengo la impresión de que aquí las celebraciones no tienen tanto ritmo como en el Centro. Me parece que la gente es mas tranquila, no danza y da palmas como en Beira, pero aún así están llenas de vida.
Luego tuvimos en la casa parroquial el almuerzo con tarde recreativa. Fue una auténtica fiesta. Pepe y Vicente estaban felices y cansados, satisfechos por el trabajo realizado. Son un ejemplo de cariño y cuidado pastoral: conocen a todos, hablan con todos, bromean con todos, sufren con todos, trabajan con todos, sueñan con todos.
Tú también nos conoces, nos hablas, nos haces reír, lloras, sueñas… y por eso te doy gracias. Te doy gracias por tanto amor derramos en estos pastores tuyos: Pepe y Vicente. De ellos quiero aprender a ser misionero en Mozambique. Ábreme los ojos una vez más, ábreme los oídos y sobre todo el corazón para que sepa responder a tu llamada en los más pobres.

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